RUTA POR LA CARTAGENA DE LOS AUSTRIAS (S. XVI-XVII) GUIADA POR LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN, HISTORIADOR Y CRONISTA OFICIAL DE CARTAGENA.
El pasado día 7 de marzo realizamos la ruta ”Cartagena de los Austrias”, dirigida por nuestro compañero Luis Miguel Pérez Adán, Cronista Oficial, especialista en Historia Antigua, entusiasta de nuestra historia y magnifico comunicador de la misma, que nos introdujo virtualmente en pleno siglo XVI a través de una extensa documentación proyectada en la cafetería LAB (Casas de Rey), antes de iniciar la visita por el perímetro desdibujado como consecuencia de la expansión de la ciudad.
Nos dimos cita a las 10 de la mañana unas 80 personas entre lucernarios y amigos de Lucerna. Iniciamos el recorrido siguiendo la línea de muralla en busca de las puertas, la del Arenal, frente al Arsenal; Murcia, en el cruce de la C/ Santa Florentina (antigua rambla que unía el Almarjal con el mar de Mandarache) y la C/ del Carmen; del Muelle, junto al edificio de la mancomunidad de los canales del Taibilla, que en aquel entonces formaba parte del hospital de Santa Ana, sufragado por las limosnas de los vecinos y a menudo en precario; San Ginés, en la intersección de la C/ Faquineto y la C/ del Duque, cuyo nombre indicaba la salida hacia el conocido monasterio en eterna restauración.
En este túnel del tiempo nos visitan personajes del calado de: D. Juan de Austria, por cuya intervención en la Batalla de Lepanto en 1571 deberíamos darle más relevancia, dado que evitó la invasión por el imperio Otomano (turcos), hecho que hubiera cambiado el curso de la historia. Entre sus legados contamos con la cofradía del Rosario fundada en 1575, tapices y un crucifijo que se encuentra en la sacristía de Sta. María a la espera de ser restaurado. D Miguel de Cervantes, vino a cobrar una deuda por su trabajo de espía en Portugal. El almirante D. Álvaro de Bazán que colaboró crucialmente en la batalla de Lepanto. El Licenciado Cascales, murciano, contratado por el concejo como profesor de gramática, escribió entre otros “Discurso de la ciudad de Cartagena”. D Lope de Figueroa, militar, su Tercio considerado el mejor de su época por la organización y adiestramiento es origen de las actuales unidades de infantería de marina.
Edificios que dejaron huella: además de las Casas Reales, la Proveeduría General de Galeras que abastece las fuerzas que van a Europa, llegó a contar con seis molinos; el Pósito, almacén de cereales; el convento de San Agustín, el de Santo Domingo y la Iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción o Iglesia Mayor o Catedral, la única no restaurada de las catedrales españolas, reseña que forma parte de una casuística pendiente de entender.
Finalizamos en el parque del Molinete, junto a la muralla de Carlos I, reforzada por su hijo Felipe II, y en donde confluyen fortificaciones posteriores y desde donde, como consecuencia de un alto arbolado que la rodea, apenas se vislumbra la fortaleza “El Castillo de la Concepción”, símbolo de una ciudad protegida por sus murallas. Confiamos que más pronto que tarde se entienda por los responsables de velar por nuestra historia y nuestros parques, la oportunidad de cambiar la vegetación postiza de hace unos años por otra autóctona de bajo crecimiento, tal cual ideó en su momento el alcalde Torres en la creación del parque.
Nos dimos cita a las 10 de la mañana unas 80 personas entre lucernarios y amigos de Lucerna. Iniciamos el recorrido siguiendo la línea de muralla en busca de las puertas, la del Arenal, frente al Arsenal; Murcia, en el cruce de la C/ Santa Florentina (antigua rambla que unía el Almarjal con el mar de Mandarache) y la C/ del Carmen; del Muelle, junto al edificio de la mancomunidad de los canales del Taibilla, que en aquel entonces formaba parte del hospital de Santa Ana, sufragado por las limosnas de los vecinos y a menudo en precario; San Ginés, en la intersección de la C/ Faquineto y la C/ del Duque, cuyo nombre indicaba la salida hacia el conocido monasterio en eterna restauración.
En este túnel del tiempo nos visitan personajes del calado de: D. Juan de Austria, por cuya intervención en la Batalla de Lepanto en 1571 deberíamos darle más relevancia, dado que evitó la invasión por el imperio Otomano (turcos), hecho que hubiera cambiado el curso de la historia. Entre sus legados contamos con la cofradía del Rosario fundada en 1575, tapices y un crucifijo que se encuentra en la sacristía de Sta. María a la espera de ser restaurado. D Miguel de Cervantes, vino a cobrar una deuda por su trabajo de espía en Portugal. El almirante D. Álvaro de Bazán que colaboró crucialmente en la batalla de Lepanto. El Licenciado Cascales, murciano, contratado por el concejo como profesor de gramática, escribió entre otros “Discurso de la ciudad de Cartagena”. D Lope de Figueroa, militar, su Tercio considerado el mejor de su época por la organización y adiestramiento es origen de las actuales unidades de infantería de marina.
Edificios que dejaron huella: además de las Casas Reales, la Proveeduría General de Galeras que abastece las fuerzas que van a Europa, llegó a contar con seis molinos; el Pósito, almacén de cereales; el convento de San Agustín, el de Santo Domingo y la Iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción o Iglesia Mayor o Catedral, la única no restaurada de las catedrales españolas, reseña que forma parte de una casuística pendiente de entender.
Finalizamos en el parque del Molinete, junto a la muralla de Carlos I, reforzada por su hijo Felipe II, y en donde confluyen fortificaciones posteriores y desde donde, como consecuencia de un alto arbolado que la rodea, apenas se vislumbra la fortaleza “El Castillo de la Concepción”, símbolo de una ciudad protegida por sus murallas. Confiamos que más pronto que tarde se entienda por los responsables de velar por nuestra historia y nuestros parques, la oportunidad de cambiar la vegetación postiza de hace unos años por otra autóctona de bajo crecimiento, tal cual ideó en su momento el alcalde Torres en la creación del parque.
Y así dimos por finalizada nuestra ruta. Una espléndida mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario